viernes, 19 de mayo de 2017

Libro "El Arca de los Predestinados", una refutación al bautismo de deseo por Nicolás Gonella

El arca de los predestinados
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Con este libro el autor refuta las falacias del bautismo de sangre y el bautismo de deseo, así como la salvación por ignorancia invencible, defendiendo el dogma de la predestinación católica tal como lo enseñó San Agustín de Hipona. Este libro refuta las falacias doctrinarias de la secta raulmiguelista, así como otras sectas similares que defienden lo aberrante del "bautismo" de deseo; defendiendo entonces el verdadero dogma católico, en estos tiempos difíciles donde la Santa Sede está vacante desde 1958, tras el fallecimiento de Pío XII. 

PRÓLOGO.

Sin lugar a dudas, actualmente los cristianos vivimos en una época muy dificultosa, en tiempos realmente nefastos, donde las divisiones y las confusiones abundan; ello por culpa de la apostasía generada por el falso Concilio Vaticano II (1962-1965) y el anterior golpe de Estado en el Vaticano de 1958. “¿Golpe de Estado en el Vaticano?”, se preguntarán algunos lectores absortos al ver tal afirmación, y la respuesta es un rotundo SÍ; lo que ha sucedido en la Iglesia católica en estas últimas décadas, nunca antes en la historia se había dado con tal magnitud; sí hubieron tiempos en que la Santa Sede ya había estado vacante, pero nunca por más de cincuenta y ocho años. Realmente lo que ahora está ocurriendo es impresionante y todo indica que estamos viviendo en tiempos apocalípticos, y lamentablemente millones de personas en el mundo viven engañadas, creyendo que siguen a la Iglesia católica, cuando en realidad están siguiendo a la Iglesia Conciliar del Vaticano II, que fue precisamente fundada luego de la muerte del último Papa válido y visible de la Santa Madre Iglesia: Pío XII, y que fue inaugurada por un Cónclave con resultado inválido, donde Angelo Giuseppe Roncalli (un masón con sangre judía), fue elegido como “Papa”, pero no canónicamente y por ende, un Antipapa (reclamante del Papado) o más bien, un Pseudo-Papa o usurpador del Papado.
Por eso, sin lugar a dudas, en Roma ya no se encuentra la Santa Sede de la Iglesia; allí no está más la Iglesia de Cristo, sino que la Iglesia Católica permanece sobreviviendo en las “catacumbas”, o sea, en el rebaño de fieles cristianos auténticos, dispersos por todo el mundo, habiendo en realidad muy pocos sacerdotes realmente católicos. Peor que en los tiempos del arrianismo, hoy, la mayoría de los sacerdotes (y muchos de ellos, pseudo-sacerdotes, ya que el nuevo rito de consagración sacerdotal es inválido, como todo el Novus Ordo Missae) no son católicos; pero incluso, muchos sacerdotes que supuestamente se identifican como “de la resistencia”, son en verdad fariseos, herejes modernistas y pelagianos (o semi-pelagianos) que siguen doctrinas falsas y niegan el dogma “fuera de la Iglesia no hay salvación”.
En este tratado apologético voy a refutar la herejía modernista-pelagiana, inclusive la de los fariseos, herejes y cismáticos de la F.S.S.P.X (Fraternidad Sacerdotal San Pío X) y organizaciones similares, que afirman que puede existir salvación fuera de la Iglesia católica, a través de bautismos ficticios o falsos, que son el llamado “bautismo de deseo” y el llamado “bautismo de sangre”, o incluso que los infieles se pueden salvar a través de la denominada “ignorancia invencible”. Esas tres grandes herejías, no son más que la negación del dogma católico “extra Ecclesiam nulla salus” (en latín) o sea, “fuera de la Iglesia no hay salvación”. Y así entonces, esos farsantes de la F.S.S.P.X y organizaciones pseudo-católicas y pseudo-conservadoras similares, al final terminan siendo iguales a los modernistas a los cuales afirman combatir, adhiriendo todos al denominado “Lumen Gentium” del Vaticano II, y al “Protocolo 122/49” (o “Suprema haec sacra”), donde en resumidas cuentas, se niega el dogma “fuera de la Iglesia no hay salvación”; así que tanto los conciliaristas, como los lefebvristas y demás pseudo-tradicionalistas, todos son herejes, que no están dentro de la Santa Madre Iglesia, porque la Iglesia tiene su puerta de entrada que es el bautismo, lo único que nos puede liberar del pecado original.
Además todo este asunto del dogma “fuera de la Iglesia no hay salvación”, que los herejes niegan y reniegan, está íntimamente ligado a la doctrina de la predestinación y a la doctrina de la Gracia, ya que Dios ya sabe quiénes se van a salvar y quiénes no, en virtud de la omnisciencia de Dios. Por eso es que yo voy a refutar con este humilde tratado a todos estos pestilentes y malvados herejes, con una serie de artículos apologéticos publicados en el Foro V Suis, respaldándome obviamente en la Santa Biblia y en el Magisterio infalible de la Santa Madre Iglesia Católica, fuera de la cual creo firmemente que nadie puede salvarse.

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